Entendemos la arquitectura como una respuesta simple, lógica y eficaz a su entorno natural y cultural. Buscamos a partir de un estudio sensible, dar solución con un diseño que se adapte al contexto, resistiendo el paso del tiempo y logrando un menor consumo de recursos en su ciclo de vida.
Una piel de ladrillo a la vista rasado, un material local que con su técnica de construcción tradicional de doble muro, conseguimos una muy buena aislación térmica y logramos una terminación para la fachada de muy bajo mantenimiento futuro. Tres marcos de hormigón visto interrumpen esta piel de ladrillos sobre la fachada principal, orientada al norte, para contener y proteger las aberturas, al mismo tiempo que resuelven los balcones. Sobre la fachada sur se ubicaron todas las instalaciones y espacios de servicio.
En la esquina la volumetría se retrae y genera un mayor espacio público que da lugar a un nuevo protagonista en el barrio; un liquidámbar que con sus colores marcará el paso del tiempo. Su condición de árbol de hoja caduca, permitirá regular el asoleamiento en las diferentes estaciones. A su vez, esta operación le permite una mayor visibilidad al local comercial ubicado en planta baja.
Al ser un edificio pequeño de pocas unidades, se buscó reducir al mínimo los espacios comunes por el mantenimiento que estos implican. Por este mismo motivo se propuso un techo inaccesible, recurriendo al tradicional techo de chapa acanalado, simplificando la construcción y el sistema pluvial, adaptándose mejor al clima local. La inclinación propia de este tipo de techo fue aprovechada para darle una mayor altura a las tipologías del último piso.
La condición de terreno en esquina y su ubicación con respecto al norte, nos permitió generar todas unidades con muy buena orientación y proveer de ventilación cruzada a la mayoría de ellas.
La plata tipo se compone por dos tipologías de dos ambiente y un pequeño estudio en el centro, que permite eventualmente combinarse con una de ellas y lograr una unidad de mayor tamaño. Esto le otorga flexibilidad al proyecto durante el proceso de obra en un mercado tan complejo y cambiante como el nuestro.
En pos de optimizar el consumo de energía del edificio, se optó por trabajar con un sistema central de calefacción y agua caliente, provisto por solo dos calderas (por condensación) para todo el edificio, reduciendo así el costo de mantenimiento por unidad. Un termóstato y un caudalímetro nos permiten controlar y medir el consumo individual.
De esta manera queremos lograr un edificio con una construcción simple y tradicional, en el cual buscamos optimizar todas las variables tanto técnicas como de diseño, para lograr un menor consumo de recursos y un bajo nivel de desgaste durante toda su vida útil.
Más Conceptual
2021
788 m2.
Luján, Buenos Aires, Argentina.
